Siendo un pa�s
fronterizo entre las
civilizaciones Oriental y
Occidental, su historia es
compleja. A pesar de siglos de
gobierno extranjero, los
estonios mantuvieron su
identidad nacional y finalmente
alcanzaron un estado
independiente en 1918.
Su
prometedor desarrollo, sin
embargo, se detuvo en 1940 por
el pacto secreto entre Stalin y
Hitler,
que llev� a la ocupaci�n e
incorporaci�n de Estonia en la
Uni�n Sovi�tica. La
independencia se termin� y
Estonia qued� sujeta al r�gimen
de terror comunista que pronto
evolucionar�a en genocidio.
M�s de 300.000
ciudadanos de la Rep�blica de
Estonia - casi un cuarto de su
poblaci�n en aquel entonces -
fueron afectados por arrestos,
asesinatos masivos,
deportaciones y otros actos de
represi�n. Como resultado de la
ocupaci�n comunista, Estonia
perdi� permanentemente al menos
200.000 personas, debido a
castigos, �xodos y guerra, sin
considerar a los que retornaron.
Las
deportaciones masivas estonios
durante la era sovi�tica, junto
con la migraci�n a Estonia de
otras partes de la Uni�n
Sovi�tica, resultaron en que la
etnia nativa disminuyera
dr�sticamente de su 88%
original, en 1934. En 1959 ya
eran el 75%, y en el 1970 hab�an
disminuido al 68%, hasta ser el
61,5% para 1989.
En 11 a�os, entre 1959 y 1970,
la proporci�n de estonios en
Tallin, la capital, declin� del
60% al 56% de la poblaci�n total.
Es decir, que pr�cticamente la
mitad de la gente de la zona no
era local.
Esta disminuci�n
en porcentaje fue especialmente
severa entre las poblaciones
urbanas y juveniles, lo que hizo
dif�cil para el pueblo mantener
su identidad �tnica. La
conservaci�n de un n�mero
relativamente parejo de
habitantes s�lo se debi� a la
inmigraci�n de otras regiones de
la Uni�n Sovi�tica, pr�ctica
habitual de esta �ltima para
rusificar a los pa�ses anexados
por la fuerza.
El
Partido Comunista de Estonia fue
purgado en 1950 de buena parte
de sus l�deres nativos
originales. Consecuentemente,
�stos fueron reemplazados por
muchos prominentes estonios
rusificados, que hab�an crecido
en Rusia.
En ese momento, un tercio de la
poblaci�n estonia era ruso
parlante.
En
total, el r�gimen sovi�tico
reprimi� severamente al menos a
52.750 estonios s�lo entre 1940
y 1941, de los cuales 18.090
perdieron la vida. Durante el
per�odo entre 1941 y 1944, al
menos 2.409 personas m�s fueron
asesinadas por bombardeos
a�reos. Las misiones a�reas de
marzo de 1944 destruyeron
completamente la frontera del
pueblo de Narva y causaron
extensos da�os en Tallin, donde
murieron 750 civiles.
Adem�s, otras 16.000 personas
morir�an a causa de las
represiones sovi�ticas en los
a�os siguientes a 1944.
A la persecuci�n
directa se agregar�an las
represiones indirectas y la
discriminaci�n. Las
deportaciones masivas, por
ejemplo, golpearon duramente a
los Pa�ses B�lticos entre los
que se encuentra Estonia, y a
trav�s de las mismas cientos de
miles de personas (por su
situaci�n social o postura
pol�tica) ser�an expulsadas en
trenes y enviadas por la fuerza
a sobrevivir en las inclementes
tierras siberianas.
Despu�s de la muerte de Stalin
se termin� la resistencia
directa contra las autoridades
sovi�ticas surgidas de la
guerrilla que anhelaba recuperar
la libertad del pa�s. Llegar�an
entonces nuevas formas de
resistencia. El r�gimen
sovi�tico dej� tambi�n de
realizar represiones de gran
escala. Sin embargo se
conservar�an los arrestos
pol�ticos, aunque en menor
proporci�n. Entre 1953 y 1988,
unas 500 personas fueron
encarceladas en Estonia por
estas razones.
La cultura
estonia tambi�n sufrir�a un
fuerte rev�s; gran n�mero de
monumentos culturales fueron
destruidos, junto a millones de
libros. Los miembros de
congregaciones religiosas fueron
perseguidos, deportados o
asesinados.
Cuando termin�
la ocupaci�n sovi�tica en 1991,
Estonia se encontraba muy
atrasada respecto al mundo libre
en t�rminos de desarrollo
econ�mico y social. Desde
entonces, se han realizado
grandes reformas y esfuerzos
para la recuperaci�n del pa�s.