Conclusi�n
Despu�s de todo lo hasta aqu�
expuesto, se hace dif�cil
repetir junto al comunista let�n
Ivanovus N. K. Padomju:
"Nuestro estado sovi�tico es el
pa�s m�s democr�tico en el mundo
(...). S�lo en el estado
Sovi�tico, donde todo el poder y
todas las fuentes naturales
pertenecen al pueblo obrero, hay
verdadera democracia".
En total
desacuerdo con aquella visi�n
insostenible, los pueblos
b�lticos han podido - de acuerdo
con sus respectivas leyes
nacionales - procesar a algunos
de los que claramente cometieron
cr�menes contra la humanidad
dentro de sus territorios.
Por ejemplo, uno
de los l�deres de la "polic�a
secreta" de Stalin en Letonia,
Alfons Noviks, fue arrestado en
marzo de 1994, sentenciado en
diciembre de 1995 a sentencia de
cadena perpetua. Muri� a los 88
a�os en una enfermer�a de
prisi�n en marzo de 1996. Su
encarcelamiento se debi� a que
cuando Letonia fue ocupada por
los comunistas en junio de 1940
Noviks se hab�a convertido en
cabeza de seguridad en la ciudad
Daugavpils y cuando los
comunistas regresaron en 1945 se
le nombr� ministro de seguridad
y cabeza del NKVD, por lo que
muchos de los cr�menes de aquel
entonces fueron ordenados por
�l. En la corte �l dijo que todo
lo que hab�a hecho era siguiendo
�rdenes, una disculpa no
aceptada por el tribunal de
N�remberg, y por suerte tampoco
por la corte de Riga.
El Partido
Comunista fue prohibido el 23 de
agosto de 1991, dos d�as despu�s
del golpe de estado de los
comunistas reaccionarios en la
Uni�n Sovi�tica y tambi�n
despu�s de la declaraci�n del
Parlamento de la independencia
nacional.
Aquellos que
hab�an estado activos en el
Partido Comunista despu�s del 13
de enero de 1991 - el d�a en que
Gorbachev envi� tropas
sovi�ticas a Riga - o en las
organizaciones pro-sovi�ticas
Frente Interno y Comit� de
Salvaci�n Nacional (que apoyaron
el golpe de agosto de 1991), no
ten�an permitido tener cargos
p�blicos.
El
l�der de los comunistas de
anta�o, Alfreds Rubiks, el
�ltimo Comunista Mayor de Riga,
fue sentenciado en julio de 1995
a ocho a�os en prisi�n por
colaboraci�n con las fuerzas de
seguridad sovi�ticas en el
intento de derrocamiento del
gobierno let�n 1990-91, cuando
seis personas fueron asesinadas
en enero de ese �ltimo a�o. Fue
liberado en el oto�o de 1998
tras cumplir 3/4 de su condena.
En las elecciones parlamentarias
en el oto�o siguiente a que el
partido de Rubiks se uniera a
otros dos partidos de
izquierdas, consiguieron ser
elegidos para 16 de 100 esca�os
parlamentarios.
Sin embargo, a
pesar de que los comunistas
encontraron la forma de volver a
acercarse al poder despu�s de lo
ocurrido, buena parte de Letonia
a�n conserva la memoria de las
desgracias acaecidas por sus
manos, sabe bien que los
responsables no se han hecho
cargo como corresponde de las
culpas en que incurrieron y
depende de una clara condena a
todo aquello que la historia no
vuelva a repetirse.
En el Concejo de
la Asamblea Parlamentaria
Europea del 2006, Kastens, el
representante de Letonia, dijo:
"Quiero expresar mi aprecio a
la Asamblea por esta decisi�n de
llamar a un debate internacional
sobre los reg�menes totalitarios
comunistas y su condena.
Apoyamos el comienzo de un
debate internacional sobre los
cr�menes que los reg�menes
comunistas en Europa central y
oriental cometieron en el siglo
pasado. Los cr�menes cometidos
por reg�menes totalitarios
comunistas deben ser
investigados y aquellos que los
perpetraron han de ser llevados
ajuicio, como ocurri� con los
horribles cr�menes cometidos por
los nazis (...). La ideolog�a
del comunismo en Letonia ha
destruido el valor moral de la
naturaleza humana".
El
profesor de historia letona
Heinrihs Strods - bien versado
en archivos locales, extranjeros
y rusos - usa espec�ficamente la
palabra "genocidio"
para lo ocurrido en su pa�s. Y
explicar�a: "No s�lo durante
los per�odos de deportaci�n en
1941 y 1949, sino durante toda
la ocupaci�n, el asesinato
�tnico cay� sobre los letones
como pueblo".
De
hecho, se ha calculado que en el
peque�o pa�s b�ltico entre
600.000 a 700.000 habitantes (de
1,47 millones en total, o sea,
casi la mitad) sufrieron alguna
forma de violencia, persecuci�n
y convulsiones s�lo entre las
d�cadas de 1940 y 1950, y que el
total de p�rdidas por causas
diversas fue al menos de 325.000
habitantes.
Es momento de mencionar, para
terminar, la particular
indignaci�n que produce la
actitud del actual presidente
ruso Vladimir Putin, quien
felicit� en su liberaci�n a uno
de los ejecutores de letones
civiles en 1944, Vassili Kononov,
enjuiciado por asesinar en Mazie
Bati a una decena de personas
inocentes (incluyendo una
embarazada en su noveno mes de
gestaci�n, que fue quemada en su
propia casa incendiada por
agentes)
por su supuesta vinculaci�n con
los alemanes. Putin incluso le
enviar�a un reloj como presente
por su cumplea�os.