Los
desertores norcoreanos que han
sido entrevistados testificaron
acerca de la existencia de los
mencionados campos de prisi�n y
concentraci�n con numerosos
casos de tortura, inanici�n,
violaciones, asesinatos,
experimentos m�dicos, trabajo
forzado y abortos forzados.
En
la Rep�blica Popular Democr�tica
de Corea del Norte no est�
prohibida la tortura, y la
mayor�a de los presos pol�ticos
son torturados. Los m�todos de
tortura incluyen flagelaci�n,
humillaciones tales como
desnudez p�blica, severos
golpes, shocks el�ctricos,
tragar agua forzadamente y luego
saltar sobre el abdomen de los
prisioneros para hacer que
vuelva a salir el l�quido;
y prolongados per�odos de pie en
el exterior helado en invierno.
Un m�todo com�n es llamado "el
aeroplano" donde los prisioneros
cuelgan cabeza abajo mientras
los golpean.
Las "celdas de castigo" de las
que ya hemos hablado,
construidas para que los
prisioneros no puedan estar de
pie ni acostados, se usan como
consecuencia de romper alguna de
las reglas carcelarias.
Seg�n la nota publicada por The
Economist el 27 de septiembre de
2008, m�s de un cuarto de los
1.300 refugiados en China que
fueron encuestados informaron
que han sido arrestados, y entre
aquellos que fueron detenidos
por motivos pol�ticos (una
d�cima de la muestra), el 90 %
atestigu� casos de privaci�n del
alimento, el 60 % fue testigo
forzado de muertes por golpes o
torturas, y el 27 % presenci�
ejecuciones.
En
la represiva naci�n hay m�s de
47 disposiciones en el C�digo
Penal como causales de pena de
muerte, incluyendo algunos tan
vagos como "cr�menes contra
la soberan�a del estado" y
"cr�menes contra la
administraci�n del estado".
Los prisioneros son ejecutados
en p�blico por ofensas como
hurto debido al hambre,
ocasionalmente frente a grandes
multitudes que incluyen ni�os
peque�os obligados a mirar.
Los
ni�os, de hecho, fueron muchas
veces testigos de esas
ejecuciones p�blicas. En algunos
casos, maestros de escuelas
tuvieron que llevar
especialmente a grupos de
escolares a su cargo a
presenciar ejecuciones p�blicas.
La mayor�a de los ni�os
norcoreanos que Amnist�a
Internacional entrevist� en
Corea del Sur han presenciado
ejecuciones durante los a�os de
la hambruna a fines de la d�cada
de 1990. Ellos contaron haber
visto ejecuciones por
ahorcamiento o disparo. Cuando
hab�a ejecuciones en el mercado,
todos los negocios deb�an
cerrar. Despu�s de las
ejecuciones, los negocios abr�an
otra vez. A veces las personas
que ser�an ejecutadas eran
horriblemente golpeadas antes de
la ejecuci�n. Hombres y mujeres
fueron asesinados as� por
cr�menes que inclu�an, en su
desesperaci�n por el hambre, el
robo de alimentos.
Testimonios sugieren que la
grave carencia de alimentos
result� en un desorden social y
se llevaron a cabo ejecuciones
p�blicas "para educar al
pueblo en que el desorden ser�a
castigado".
Las noticias de ejecuciones
pendientes fueron advertidas en
lugares p�blicos tales como
mercados. Por ejemplo, un
testigo dijo que vio noticias
p�blicas de ejecuciones cerca de
la ciudad Hesan en la provincia
Yangang, cuando la hambruna
estaba en su punto m�s alto, en
1996.
Los
testimonios tambi�n indican que
el gobierno norcoreano adopt�
una pol�tica de aumento de
ejecuciones p�blicas a mediados
de la d�cada de 1990 a medida
que empeoraba la hambruna.
Una persona dijo a Amnist�a
Internacional que, "despu�s
de 1995, las autoridades ten�an
que �intimidar� a la gente para
que no se fuera a China,
diciendo que les disparar�an en
la cabeza".